Las medianas constructoras españolas también hablan idiomas

Las compañías de infraestructuras de mediano tamaño en España, es decir, aquellas cuya facturación se mueve entre 100 y 1.000 millones de euros, se han hecho fuertes en los mercados internacionales siguiendo los pasos de los gigantes del sector. Aunque sus primeros pinitos en el exterior fueron tranquilos y reposados, en general, a mediados de los años dos mil; la falta de obra pública que traería la recesión las obligó a centrarse en el extranjero para poder sobrevivir. “La crisis económica y la contención del déficit, que conlleva recortar inversiones, aceleraron la salida al exterior de las constructoras medianas”, explica Jaime Lamo de Espinosa, presidente de la Asociación Nacional de Constructoras Independientes (Anci), formada por 23 empresas de este tipo, que han pasado de registrar una contratación internacional por valor de 42 millones de euros en 2005 a superar los 3.200 millones una década después, y actualmente los 4.000 millones. Un periodo, insiste Lamo de Espinosa, en el que las inversiones públicas en obra civil se han reducido a una séptima parte.

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