La gran mayoría de las empresas del Ibex optaron el año pasado por recortar los salarios de sus ejecutivos o suspender el pago de los dividendos a los accionistas para compartir los esfuerzos que se estaban exigiendo a las plantillas, principalmente a través de ERTE, ante la crisis económica derivada del coronavirus y la consecuente reducción de ingresos. Sin embargo, aunque los mercados aplaudieron dichas decisiones, para las firmas de asesoramiento de votos (proxy advisors, en la jerga) las actuaciones no fueron suficientes.